Una representación visual del Misterio de la Santísima Trinidad



La imagen anterior es el resultado de un esfuerzo por ilustrar de modo gráfico y simple la doctrina de la Santísima Trinidad.


La figura se compone de 6 líneas: (azul externa, azul interna, roja externa, roja interna, amarilla externa, amarilla interna). La línea azul externa simboliza al Padre en cuanto que es origen de una relación, la línea azul interna simboliza al Padre presente en el Hijo y en el Espíritu Santo en virtud del don que hace de sí mismo, la línea roja externa simboliza al Hijo en cuanto que es origen de una relación, la línea roja interna simboliza al Hijo presente en el Padre y en el Espíritu Santo en virtud del don que hace de sí mismo, la línea amarilla externa simboliza al Espíritu Santo en cuanto que es origen de una relación, la línea amarilla interna simboliza al Espíritu Santo presente en el Padre y en el Hijo en virtud del don que hace de sí mismo.


A su vez, en la figura pueden verse 4 triángulos: uno equilátero y tres isósceles. El triángulo equilátero representa a la Trinidad en su conjunto. El isósceles con hipotenusa azul (línea externa azul) representa al Padre, el isósceles con hipotenusa roja representa al Hijo y el isósceles con hipotenusa amarilla representa al Espíritu Santo.


Ser un triángulo con perímetro tricolor (azul, rojo y amarillo) significa ser enteramente Dios verdadero en el ser, en la substancia y en la naturaleza. Por eso, tanto la Trinidad en su conjunto, como cada una de las Personas, es perfectamente Dios.


Obtuve del Catecismo de la Iglesia Católica 32 proposiciones acerca de la Trinidad. El objetivo de la imagen es ilustrarlas todas.



  1. No hay más que un solo Dios: la Santísima Trinidad. (CIC 233)
  1. Las tres Personas de la Santísima Trinidad en su conjunto son enteramente Dios verdadero. (CIC 260.
  1. El Padre es enteramente Dios verdadero. (CIC 253)
  1. El Padre es eternamente Padre en relación a su Hijo único. (CIC 240)
  1. El Hijo es eternamente Hijo en relación a su Padre. (CIC 240)
  1. El Hijo es coeterno con el Padre. (CIC 241)
  1. El Hijo es consubstancial al Padre. (CIC 242)
  1. El Hijo es enteramente Dios verdadero. (CIC 242, 253)
  1. El Espíritu Santo es coeterno con el Padre y el Hijo. (CIC 245)
  1. El Espíritu Santo es consubstancial al Padre y al Hijo. (CIC 245)
  1. El Espíritu Santo es enteramente Dios verdadero. (CIC 245, 253)
  1. Todo lo que pertenece al Padre pertenece al Hijo, excepto su ser Padre. (CIC 246, 255)
  1. Todo lo que pertenece al Hijo pertenece al Padre, excepto su ser Hijo. (CIC 246, 255)
  1. Todo lo que pertenece al Padre pertenece al Espíritu Santo, excepto su ser Padre. (CIC 255)
  1. Todo lo que pertenece al Hijo pertenece al Espíritu Santo, excepto su ser Hijo. (CIC 255)
  1. Todo lo que pertenece al Espíritu Santo pertenece al Padre, excepto su ser Espíritu Santo. (CIC 255)
  1. Todo lo que pertenece al Espíritu Santo pertenece al Hijo, excepto su ser Espíritu Santo. (CIC 255)
  1. Las tres Personas de la Trinidad son uno en el ser, en la substancia y en la naturaleza. (CIC 252, 253)
  1. Las Personas Divinas no se reparten la única divinidad, sino que cada una de ellas es enteramente Dios. (CIC 253)
  1. Cada una de las tres personas es la substancia, la esencia o la naturaleza divina íntegra. (CIC 253)
  1. El Hijo no es el Padre. (CIC 254)
  1. El Padre no es el Hijo. (CIC 254)
  1. El Espíritu Santo no es el Padre. (CIC 254)
  1. El Espíritu Santo no es el Hijo. (CIC 254)
  1. El Padre no es el Espíritu Santo. (CIC 254)
  1. El Hijo no es el Espíritu Santo. (CIC 254)
  1. Lo que distingue a las personas de la Trinidad no es su único ser divino (substancial, natural y esencialmente), sino sus relaciones que las refieren unas a otras. (CIC 255)
  1. El Padre está todo en el Hijo. (CIC 255)
  1. El Padre está todo en el Espíritu Santo. (CIC 255)
  1. El Hijo está todo en el Padre. (CIC 255)
  1. El Hijo está todo en el Espíritu Santo. (CIC 255)
  1. El Espíritu Santo está todo en el Padre. (CIC 255)

Puesto que tanto el triángulo equilátero como los isósceles tienen un perímetro tricolor (lo cual es posible por la presencia recíproca que hay de unas personas en otras en virtud del don que hace cada una de sí misma), la Trinidad en su conjunto es el único Dios verdadero, y lo mismo puede decirse de cada una de las Personas Divinas representadas en la imagen. Si se mira a la imagen y se considera cada una de las proposiciones anteriores, puede verse que no hay en ninguna de ellas alguna contradicción. Lo que distingue a las personas divinas no es la naturaleza, la substancia, ni el ser (pues todas, y cada una de ellas, son triángulos con perímetro tricolor), sino la línea externa, que es precisamente la que simboliza su relacionalidad en referencia a las demás personas, como indica la proposición 27.

El azul, el rojo y el amarillo son los colores primarios con los que el artista genera toda su paleta de tonos. Son irreductibles, pues no se obtienen de una mezcla, sino que a partir de ellos se obtienen todos los demás. Del dinamismo interpersonal (mezcla de colores) emerge toda tonalidad. Dios es el artista que pinta la creación. El azul representa al Padre, que es creador de los cielos; el rojo al Hijo, pues es el mártir redentor; el amarillo al Espíritu Santo, que es la luz vivificadora. 

Las líneas internas simbolizan el amor intratrinitario. En el punto central en el que las tres convergen es el agapé de Dios, el "para-el-otro" de cada una de las Personas. A partir de ese centro se donan entre sí. Los ángulos externos del equilátero, por su parte, representan el eros de Dios, el "desde-el-otro". Cada una de las Personas recibe gozosa la donación de las demás. Puesto que entre ellas hay una amor perfecto y radical, no hay nada en una que no esté presente en la otra, por lo que Dios es totalmente pleno en cada una de ellas.

Seguiré meditando sobre la imagen. Se agradecen comentarios y sugerencias.

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