Juan 1:1


El origen del universo, la realidad más fundamental, radical, y primera del cosmos, no es la materia, ni la luz, ni el bosón de Higgs; no es ningún elemento de la tabla periódica, no es una fuerza anónima. La existencia anterior a todas las existencias, la energía que sostiene a toda realidad en el ser, es mucho más poderosa que todo eso; es gloriosa y terrible. El arjé es indomable, incomprensible... Es el Amor libre y creativo, es un principio omniabarcante, intenso, creador; es el Amor mismo, la fuerza inefable, lo primero y lo último, el Alfa y el Omega, la energía personal, la fuente de la vida, abundante y minuciosa. Este Amor no es el resultado del movimiento azaroso y ciego de un universo anónimo e inhóspito; el Amor es lo primero, lo eterno, lo desde siempre y para siempre, es Yahveh, el que Es.

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